El proyecto inicial de la línea eléctrica de Val Susa se remonta a los años ochenta. Debido a su grandiosidad, que habría desfigurado el paisaje piamontés, las obras nunca se iniciaron. Hasta que en 2007 nació una nueva propuesta denominada “línea eléctrica invisible”, ya que contemplaba 190 km de urbanización subterránea (entre Italia y Francia). En la obra participaron más de 70 empresas del sector eléctrico y energético, y 500 trabajadores, coordinados por Terna.
Schiavetti Lamiere forate suministró 11.500 metros cuadrados de acero inoxidable 304 espesor 20/10, agujero R10T15, que se utilizaron para realizar los conductos de conexión (llamados “puentes”) para contener los cables de transmisión eléctrica en superficie.
La elección del material fue necesaria para remediar los problemas de corrosión a largo plazo, dada la exposición a los agentes atmosféricos de las secciones afectadas.
Schiavetti suministró chapas perforadas en diferentes formatos, mientras que confió a la empresa Tedesco Srl los procesos auxiliares como cortar, entallar, doblar y realizar los orificios de fijación. De hecho, debido a su filosofía corporativa, el fabricante trabaja en sinergia con sus clientes para el óptimo éxito de los proyectos que se le encomiendan.